martes, 24 de abril de 2012

ESPACIO, ESCENARIO Y LUGARES INSTANTÁNEOS

El escenario es un lugar en tránsito
¿El escenario es un lugar?
El escenario es una sucesión de espacios transitorios
El escenario son situaciones
El escenario es la tensión entre los actores
El escenario es un espacio que nunca existe.

Para muchos de nosotros, esta es nuestra primera experiencia de verdad con el teatro, nos gustaría hacer una breve reflexión sobre el hecho de actuar, pero desde el punto de vista del espacio. El escenario teatral es uno de esos lugares que la arquitectura casi no puede describir. Y es que, si nos fijamos bien, tiene unas características de lo más extrañas.

Al contrario de lo que sucede en el cine, el teatro es una reformulación de la realidad, no una imitación de la misma. Para poder entender una obra teatral necesitamos de un proceso de abstracción espacial. Y es que, en la misma superficie, se recrean diversos entornos y diversos momentos temporales. Hacer entender esto al espectador es una tarea complicada, y no depende, como se pensaba hace unos años, de la fidelidad con que se representan las habitaciones. El teatro no necesita del estilo, necesita de la imaginación.

La escena contemporánea ha hecho una aportación buenísima al librar a los escenarios de una arquitectura que no hacía más que contaminarlos. Esto hace que, de repente, el espacio se convierta en un prisma absolutamente flexible, que puede "ser" varias cosas a la vez. El mobiliario cobra entonces una importancia sin precedentes, al igual que la posición de los actores, configurando barreras invisibles en el aire.

En "Crónica del fin del mundo", intentamos apostar por un escenario libre en el que las sillas y los actores son algo así como piezas de ajedrez. Pero se trata de un juego sin reglas, un juego en el que la expresión corporal y las conversaciones son las que generan microespacios.

Volviendo al tema de la imaginación, otro asunto es la transposición del umbral de la realidad, que es la que hace al espectador partícipe de lo que se está representando. ¿Cómo son los pensamientos? ¿Cómo son los sueños? ¿Cómo son los miedos? En las cosas imposibles de materializar, está la magia. "Crónica del fin del mundo" tiene mucho de estos ingredientes, de las cosas que están solo dentro de la cabeza de su protagonista. 

Existe una "presencia" constante en toda la obra, la televisión es la segunda en importancia. La televisión nos conecta con el mundo, nos transmite el sentir y el creer de la sociedad de una manera más o menos fideligna. Y, en esta obra, lo es todo. La pantalla invade el escenario, las imágenes se mueven entre los personajes. Estos sucesos son los que convierten el teatro en una experiencia espacial sin comparación alguna. Todo es efímero, todo es ambiguo, todo da pie a la creatividad. 

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